martes, 18 de octubre de 2011

Velocidad


El problema a veces no va en que se hagan tantas cosas, o las responsabilidades que te sobrecargan

sino la velocidad, temple en como las haces.

El mismo hecho de caminar al lugar a cumplir tus compromisos, lo puedes hacer más pausado y marca una diferencia.

 El mismo hecho de hablar con alguien a una menor velocidad, le da su propia velocidad y no la que uno le pone.

Lo cansador no va solo en lo que se tiene que hacer y el cómo lo hagas, sino en algo más atras: tu disposición, tu intención y tu conducta para llevarlo a cabo... El inicio, no el efecto.



BeNjO
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domingo, 25 de septiembre de 2011

Mi Herida/Compañera



Ser feliz, pleno y conectado. Son estados que con mucho esfuerzo se trata de estar, llegando la mayor parte de las veces a ser ideales más que realidad.



Pero hay instancias o estados que no son hablados, sea por omisión o porque no se quiere ver, que sería el estar en el constante caminar o en proceso. Estar en constante proceso, abundan las preguntas más que las respuestas; dudas que abren experiencias que convicciones de qué hacer. Todo se mueve más, pero desde adentro hacia afuera y no viceversa.


Y el estar en constante proceso, es un viaje al interior de uno. Donde es más parecido a una tormenta que un plácido ambiente primaveral. Y es una tormenta, porque observar el interior es adentrarse a lo que no puedes escapar, lo que no te da certezas, pero si te sientes vivo.


Ya en este mar tumultuoso, se llegan a las heridas y no se pasan por arriba o superficialmente como antes, sino que se entiende que no se trata de cicatrizarlas, sino de conocer esa herida y ojala tocarla.


Hacer la herida más propia que ajena, hay una transmutación detrás, que te hace ver de otra manera. Y en ese momento uno busca apoyo afuera. Pero se tiene que tener presente que “yo mismo soy” el mejor apoyo que se puede dar y sobre todo, uno mismo es el gestor de sus fantasmas pero también de sanarse. Y vas comprendiendo que mucho de lo que se recibe de afuera, es una carencia que no se es capaz de procesar…



BeNjO



lunes, 12 de septiembre de 2011

Paciencia


Paciencia, la angustia se acerca mucho a veces, se esconde, pero re-aparece

Paciencia, la pena baña a veces, uno se seca, pero uno sigue humedo

Paciencia, no hay motor, uno lo prende, pero no se activa

Paciencia, aceptarlo es a veces más díficil que sentir esa pena

Paciencia, estás solo/a pero acompañado/a

Y Paciencia, estás vivo; sientes cosas; no eres insensible con el entorno, te ríes y a veces lloras, paciencia los ciclos son largos en intensidad y eternos en aprendizaje...
 
 
 
BeNjO

sábado, 3 de septiembre de 2011

Mi Nación




Es difícil y hasta casi imposible, considerar la identidad de un individuo desligado a la cultura y sociedad. Ahora bien la cultura y sociedad también va erigiendo su identidad que la hace propia y distinta a cada país; las fronteras naturales son un gesto pequeño de adentrarse a un mundo con leyes implícitas de comportamiento y sobre todo, de entendimiento.




Pero hay hitos que marcan a una nación.




Un terremoto que sacudió a cada chileno, que se vio afectado directamente o aquellos que afloro esa necesidad de ayudar, porque en cierta manera, nos sentimos solidarios ante las penurias extremas de compatriotas. Que se mantuvo con el rescate de 33 mineros viviendo en las entrañas de la tierra, organizándose y adaptándose; demostrando que no somos dependientes de la tecnología sino seres capaces de usar poco para hacer mucho.
La impermanencia de las situaciones siguió su curso hasta que la educación de ser un tema constante de mejoría, se transformo en “el” tema a trabajar. Los actores sociales hicieron su parte. Se manifestaron, hubo un cierto tipo de rebelión ante la autoridad y ésta, termino cediendo. Aceptó el diálogo, que para negociar hay que saber ceder y para ceder, hay que tener una mirada a largo plazo.



De la educación nos adentramos al corazón, un accidente, el destino, una infinidad de factores, de interpretaciones que se resumen en el hecho: 21 muertos en la caída de un avión en las costas de la isla Juan Fernández. En el proceso de búsqueda, de la cobertura de los medios de comunicación, se abarajaban hipótesis; datos de qué y cómo ocurrió… incluso se sintió un aire de esperanza de encontrar algún vivo, entre ellos un gran y reconocido animador de los medios locales.



Hay hechos que movilizan a una nación.




Esa manía de ser reaccionario frente a eventos de importancia como la educación. Comienzan los estudiantes, luego los medios de comunicación con una gran cobertura hasta llegar al punto de que se ceda y de validez al petitorio para una reforma educacional. Sin embargo existen aristas que no son menores. Entre ellas, una especie de “moda” de irse a paro, que se siente como una expresión de apoyo hacia un ideal mayor; se siente que el interés publico está sobre el personal; pero ¿Quién me explica que al pasar las semanas, más y más estudiantes se sumaban al paro? ¿Los profesores de distintas instituciones se manifestaban? ¿El presidente accedía a dar una reunión con los representantes del movimiento en contra de todo su gabinete? Son preguntas que más que responderlas, abren perspectivas. Como un efecto dómino las piezas fueron cayendo una a una, o por otro lado, un efecto bola de nieve hasta convertirse en una avalancha. Pero sigue esa atmosfera de repetir argumentos y no construir posiciones; de sumarse porque se siente valido, pero dejar de lado la creatividad personal para manifestarlo; de ser reaccionarios ante un estímulo tan potente, en vez de ser proactivo y darle lugar a la voluntad que no depende de la motivación para su existencia.



Hay experiencias que transforman la identidad de una nación.




Nos encontramos con la muerte de personas que iban con un fin positivo a Juan Fernandez, donde la pena se hace presente. Ese personaje que observaba tras una caja que irradiaba imágenes, sin que yo quisiera, era parte de mi historia. Era parte de lo que soy ahora, por el mero hecho de reconocer su nombre y unos cuantos programas en que animaba o actuaba. Es una pena distinta, una pena cercana. Que “injusto” es lo primero que viene, “no lo puede creer” lo segundo y un sinfín de emociones e interrogantes afloran. La fragilidad de la vida es más cercana de lo que creemos. En estos hechos, las diferencias se olvidan, las semejanzas se hacen normales y las lágrimas un apoyo entre las personas. Son momentos de profunda reflexión, de re-valorar los que nos rodean. La racionalidad se hace a un lado, para dar libre expresión a las emociones. Se mira de la misma manera, se siente de forma similar ¿Qué había sucedió que perdimos esa similitud? Estos hechos que remueven al ciudadano chileno, es una oportunidad para construir lazos de mayor sinceridad; mencionar lo que siento sea tan común como lo que se piensa; el expresar un “te quiero” sea tan valorado como un abrazo; el sentir al otro como un humano y no como una silueta que parece hombre. Es una oportunidad donde lo que a ti te remueve, a mi también y aunque no te he visto antes, no te trato como un desconocido. Tenemos historia en común, podemos desarrollar un presente.




Las personas hacen la esencia de una nación…










BeNjO

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