domingo, 25 de septiembre de 2011
Mi Herida/Compañera
Ser feliz, pleno y conectado. Son estados que con mucho esfuerzo se trata de estar, llegando la mayor parte de las veces a ser ideales más que realidad.
Pero hay instancias o estados que no son hablados, sea por omisión o porque no se quiere ver, que sería el estar en el constante caminar o en proceso. Estar en constante proceso, abundan las preguntas más que las respuestas; dudas que abren experiencias que convicciones de qué hacer. Todo se mueve más, pero desde adentro hacia afuera y no viceversa.
Y el estar en constante proceso, es un viaje al interior de uno. Donde es más parecido a una tormenta que un plácido ambiente primaveral. Y es una tormenta, porque observar el interior es adentrarse a lo que no puedes escapar, lo que no te da certezas, pero si te sientes vivo.
Ya en este mar tumultuoso, se llegan a las heridas y no se pasan por arriba o superficialmente como antes, sino que se entiende que no se trata de cicatrizarlas, sino de conocer esa herida y ojala tocarla.
Hacer la herida más propia que ajena, hay una transmutación detrás, que te hace ver de otra manera. Y en ese momento uno busca apoyo afuera. Pero se tiene que tener presente que “yo mismo soy” el mejor apoyo que se puede dar y sobre todo, uno mismo es el gestor de sus fantasmas pero también de sanarse. Y vas comprendiendo que mucho de lo que se recibe de afuera, es una carencia que no se es capaz de procesar…
BeNjO
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