miércoles, 10 de marzo de 2010

Una Descripción de la Ayuda Entregada


Hola a todos. Esto ocurrió el sabado 6 de Marzo del 2010 cuando fuimos con la fundación que pertenezco (nuevos líderes) a entregar la ayuda recolectada. Las fotos son sacadas desde nuestras propias camaras.

Les relataré desde uno de los 15 jeeps que partimos al sur, como fue la experiencia.

Les cuento que logramos concretar la misión de entregar las cosas que recolectamos en los supermercados. Fuimos 15 jeeps, de los cuales 10 eran de los jeeperos de Chile, que a las 6 am estuvieron donde habíamos guardado y ordenado en cajas, lo que habíamos recolectado.

Emprendimos el viaje a las 7 a.m en punto hacia las localidades cercanas a San Fernando, vimos a muchos autos que iban ayudar al sur; varios de ellos particulares, sin fundación, sin nada más que su auto y el deseo de ayudar. Me sorprendí mucho de ver eso, éramos una caravana no de 15 jeeps, sino cientos de autos solo con deseos de ir ayudar a las localidades que lo necesitaban. Y lo más hermoso de todo, es que era voluntario y simplemente se quería entregar desinteresadamente.

Pasamos por Chépica, donde visitamos alrededor de 8 familias para personalmente entregarles lo que necesitaban. Pasamos por varias localidades que estaban siendo muy abastecidas, hasta que viajando alrededor de una hora en camino de tierra, llegamos a iloca. Estaba todo destruido, vimos con nuestros propios ojos, lo que en la tv salía. El mar arrazo literalmente con toda infraestructura, se podían observar colchones por todos lados, autos destruidos, etc.

Llegamos a una base militar, donde también estaban un techo para Chile, para decirles que contábamos con más de 10 jeeps para ir donde no se ha llegado. Nos indicaron que fuéramos arriba de un cerro, donde habían varias familias que no querían bajar por miedo a que hubiera otro tsunami. Antes de partir, los militares nos dieron agua y nosotros artículos de aseo y comida a sus reservas, para cargar los jeeps de las necesidades primarias que no tenían esas familias.

Nos dirigimos hacia el cerro, subimos alrededor de 6 jeeps, habían tres sub grupos. Fuimos al primero y había una abuelita con los ojos llorosos. También se encontraba otra señora con un polerón rojo, con mas optimismo. Preguntamos que necesitaban y les dejamos comida, artículos de aseo y mucho agua. Les dijimos que tuvieran fuerza, las abrazamos y nos retiramos. Llegamos al segundo grupo, que era más pequeño, y les dejamos bastante comida y artículos de higiene. Hablamos con una señora y su hijo, les regalamos unas sonrisas, nos agradecieron el gesto y nos retiramos.

Bajamos del cerro, en este caso en el jeep que iba junto a Aníbal, Rodrigo Puelma, Paulina, Rodrigo Hevia y yo, y vimos mientras pasábamos por la costa, una señora que caminaba hacia restos de un casa que no quedaba prácticamente nada, y le grité del auto: “Fuerza!” y se largó a llorar. Detuvimos el auto, y fueron hacia ella los dos Rodrigo y Aníbal. La señora abrazo a Rodrigo Hevia y se largo a llorar desconsoladamente. Recién estaba asumiendo todo lo que estaba pasando, mis compañeros claramente se vieron tocados ante tal dolor. Fuimos a una pieza que estaba cerca de la playa, le dejamos lo que nos quedaba, y nos quedamos escuchando su historia, que entre profundas y desconsoladas lágrimas nos contaba. Afuera de la pieza, estuvo Aníbal con el padre de ella y me acerque a escucharlo. Tiene graves problemas al corazón y quise saber sobre su pasado y me contó que fue buzo y amaba el mar y nos contaba esas historias que en los libros no salen, de aventuras bajo el mar.
Llegaba el momento de irnos y la señora estaba con otra cara, sonriendo. Agradeció que estuviéramos ahí, dijo “¿De qué vale tanta plata si no se tiene corazón?” y dijo que hay personas de buen corazón, lindas de adentro y nos dio las gracias con ojos llorosos que hubiéramos estado ahí con ella.

Luego de eso, nos fuimos, fotografiamos el desastre en el camino que no hay palabras para describirlo.

Fuimos a Curico a entregar lo ultimo que nos quedaba y retornamos a Santiago.

Trate de describir lo más breve y clara posible lo que vimos. Fue una experiencia asombrosa. Desde la mañana muchos ciudadanos sintiéndose parte del mismo país viajando a los lugares que lo necesitaban, la teletón por otro lado trabajando por todo Chile, las personas que nos agradecían con sus miradas que estuviéramos ahí, la vuelta de todo esta aventura de ayuda, con banderas chilenas en todo el camino, una caravana hermosa con muchos camiones y carabineros escoltándolos en la noche del Sábado. Me asombré que se convirtió en una necesidad, en una prioridad ayudar a las personas en peor estado.

Gracias a todos, a las personas que nos donaron parte de su mercadería, a los voluntarios en los supermercados, los que ayudaron a ordenar las mercaderías en cajas, a los jeeperos de Chile y sobre todo a la Fundación Nuevos Líderes, que pertenecemos los que coordinamos toda la ayuda que logramos concretar.




BeNjO

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