sábado, 11 de agosto de 2012

La Jornada del Abrazo


Melodías diversas en su propia nota, sentidas como canción.

Sin mayores recursos que la especulación, la experiencia trascendió toda preconcepción.
Con una idea se comenzó, como un hijo surgió un momento contigo querido ser que no te había visto, pero si te sentí tan cercano a mi, tal amigo de la vida, águila en vuelo sincronizado con el viento.

Una historia narrada por un sabio, contando capítulos bellos que provocaron un viaje a esta nueva generación, al pasado que de alguna bella y misteriosa forma fue la causa alejada, incluso olvidada para el efecto de hoy, una idea, pulsión intencionada.
Asombro fueron las grandes mentes que plasmaban con tal creatividad su comprensión, que si ellos pudieron hacer cosas grandes pero aislados, nosotros podemos como órgano de un mismo cuerpo.

No necesitamos la competencia ni la envidia, el ego se hace un compañero para hacerlo entrar en este viaje, no lo juzgamos ni menos lo negamos, es el compañero que nos hace sentir humanos, perfectos en su imperfección.

Palabras surgieron en pequeños-grandes grupos humanos, con la intención de concretar está magia, esta vocación, de concepto transpersonal y de fondo amor. Ideas iban y venían, el aterrizaje de la intención a la implementación fue de a poco, tal parapente en descenso leve, dónde su guía es el aire, sabio elemento que mueve las piezas para dejarlas en donde es necesario. Entusiasmo fue creciendo, habíamos al fin visualizado un “como”, en conjunto, como células de un cuerpo, órganos vitales, bronquios de un mismo pulmón. Inspiramos intención y espiramos planes de acción. Dicha fue y sigue siendo, haber sido testigo de tal maravilloso movimiento entre personas desconocidas, pero tan familiares por un mismo fin.




La búsqueda individual, se tras-paso a un sentido colectivo.

Inquietos por saciar nuestro transporte, cuerpo consciente, comimos en tranquilidad  y compartiendo como el mejor postre.

Nos movimos hacia una actividad, nos despojamos de zapatos y abrigos, para tener menos mascaras, más solo nuestra piel en contacto con el aquí y ahora. En círculo sentados nos miramos, escuchamos y comprendimos con nuestros oídos, que lo transpersonal no es solo un más allá, sino un más acá, interno motor vibrando ondas magnéticas de sentido amoroso porque el simple hecho de poder querer. Experiencia de sentirse humanos con otros humanos, la idea quedo plasmada en la razón. A continuación, movimientos vitales fueron surgiendo, la melodía fue reluciendo cada nota propia de cada ser, para que con el ritmo del ser parte de un todo, se fueran sincronizando pasos, miradas, experiencias. Sudor de calor interno, visible a los sentidos, se plasmo en las caras y cuerpos. Esa energía tierra viajando hacia el fuego, hicieron vitalidad salir por los poros, miradas de fuego sin quemar, solo presencia intensa. Como los ciclos de la vida, con expansión y contracción, altos y bajos, externalizar e integrar, la velocidad se hizo pausa, la pausa el espacio de la mirada más leve pero abierta contigo. Nos acercamos en cámara lenta, unos a otros, cada paso era un universo, las distancias físicas no se sentían, la cercanía se hacia la causa y efecto, el contacto estaba resonando. Una larga mirada, breve viaje al interior del otro y mío, el tu se hacia yo, y yo me hacía tu. Una caricia se manifestó, briza sublime, resonancia del corazón.

Las casualidades no existen, las causalidades sí. De alguna misteriosa y armoniosa forma, grupos de a cuatro se sentaron, cerrando sus ojos sus manos contactaron. Viajaron a la ternura desinteresada, al amor por el amor. A recibir ese aprecio por existir, a ver nuestro propio corazón y tocarlo, mirarlo sin prisa. Momento de eterna gratitud y lleno de conmoción, mis manos fueron mi todo, y recibí todo de manos desconocidas, pero se hicieron mis manos tus manos para tocarme a lo más profundo de mi, no hay muros, ni bloqueos, un viaje directo a esa herida/sonrisa de ese punto tan vivo de vida, emociones del pasado, presente y futuro, unidad palpitando. Sin abrir los ojos, de pie nos pusimos, con parpados más pesados, comenzamos al fin a observar, llegamos a otro y entendimos que la vulnerabilidad es humana, mostrar tal profunda desnudez fue un regalo que sin ti no se hubiera logrado. Cada uno fue participe de tal bella experiencia, su energía por más cerca o lejos que estuviera de mi físico, fue participe de una manifestación tan humana, tan intensa y llena de aprendizajes…

El abrazo como el lenguaje universal, atemporal, lleno de significado racional, infinito en transmisión emocional y el gran maestro del encuentro del otro para hacer un nuevo uno.

Viviendo y sintiendo la unidad hecha por ti y por mi, se forjará un gran canal que dará una gran mano, entregar del corazón y toda su disposición, por la dicha de verte mejor. 


BeNjO

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