lunes, 29 de junio de 2009

Un "Paseo" al Consumismo


Una rutina normal para la mayoría, para mi fue todo un suceso de sorprendentes experiencias. Fui al mundo del consumismo, a un mall; mi misión era elegir un simple par de zapatillas. Asumí que seria una tarea fácil, de simplemente observar las opciones y elegir; pero no, fue mas difícil de lo que pensé. Me costo en un comienzo poder enfocar la atención, ante tal cantidad de estímulos, me sentí abatido; pero no tenia mas opción que adaptarme y mimetizarme como un consumidor feliz por adquirir y adquirir.

Debo asumir que al principio me fue incomodo, porque las personas al pasar no te miran a los ojos, miran hacia los lados e incluso el suelo; luego movilizarte por el mall para decidir bien que zapatillas querer, pero me desconcentraba con otros estímulos y me quedaba - como una polilla yendo a una ampolleta - absorto mirando, tocando y por suerte no comprando. La expedición seguía, me tentaron unos polerones, pero fui más fuerte y seguí adelante. Entre a varias tiendas, y como sacerdotes de una iglesia, estaban los que te preguntaban "¿Necesitan ayuda?" pero no una ayuda para sacarte adelante de tus problemas, sino una para tomar la mejor decisión de comprar; como que le dan un toque de empatía a una situación en que uno da lo mismo y lo que importa es que y cuanto, vas a consumir.
Tenia ganas de decir: "Me pierdo en el mall, me gusta ver a los ojos a las personas pero no puedo, sino dejo pasar las tiendas que me permitirán cumplir mi misión".

Después de la sorpresa del comienzo, empecé a contemplar como una película, el paseo familiar al mall, era un panorama como cualquier otro y yo me preguntaba, con el aire limpio - que milagrosamente había en la ciudad - porque no mejor ir a un parque o simplemente estar al "aire libre". Luego de ello me tope con un guardia y le pregunte si habían rebajas, me mostro un cartel donde salía esa información y le pedí - con una risa - mis disculpas por no haberlo visto y el me responde: "No te preocupes, para algo estamos acá" y de ahí me comenta de una venta nocturna que habrá con abundantes rebajas y le pregunte si podrá contener aquellos que lleven sin pagar y me responde: "Son muchas personas y algunos son muy peligrosos" y los dos nos reímos al mismo tiempo; me despedí deseándole que estuviera bien y ¡wuau! que sorpresa, hay quienes te miran como un ser humano y no como un posible consumidor.

A continuación llegue a otra tienda y vi unas parcas muy baratas y me gustó mucho una. Al final resulto que me compre la parca, las zapatillas y como un impulso que no pude contener, una guitarra.

Lo que quiero llegar con este breve relato, que mi postura de no consumir por gusto sino por necesidad, me dejo sesgado de las lógicas y "leyes" de comportamiento en un mall. Hace mucho tiempo no iba y me sentí extraño al principio, hasta que recordé mis habilidades de consumidor y me adapte, pero de forma consciente. A veces no porque algo no te guste o no estés de acuerdo, quiere decir que te mantengas al marguen, con este ejemplo, me di cuenta que justamente estar en esos lugares o situaciones que en la teoría no te agradan, te permiten aprender. Un aprendizaje de adaptación, de desenvolverte y de ser consciente. Al final parece que toda experiencia tiene su chispa de emoción y desagrado. No quiere decir ahora que iré todas las semanas al mall, pero no lo evitare si se da las circunstancias, total quien sabe si saco otra sonrisa o simplemente es una oportunidad para caminar en el mundo del consumismo descontrolado que crítico pero que no enfrentaba... hasta hoy.









BeNjO

2 comentarios:

Anónimo dijo...

YO TENGO ESE MISMO PROBLEMA TODAS LAS SEMANAS....CUAND TENGO QUE COMPRAR CONDONES!

El Loquero dijo...

Estimado:

Sólamente rescato lo destacado en rojo. Es más, ni la foto con la que acompañaste el texto logró agradarme.

Seguramente debe ser porque para mi el tema del consumismo es de esos que "en teoría no me agradan", pero de los que no puedo mantenerme al margen. Quién sabe.

Nobles saludos.

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